sábado, 10 de marzo de 2012

Mi hogar

Deseos bañados en luz de luna, sumergidos en la locura y el delirio; nuestro dulce delirio. 
Pasión ardiente y desenfrenada en la que se funden dos cuerpos formando una sola piel. 
Acariciar hasta la más profunda de las intimidades que asola un corazón ahora compartido.
El viento azota nuestra casa temporal, dos ojos se miran mientras un impulso guía unas manos que buscan un camino entre la ropa. 
Esa sonrisa juguetona que tanto echaba de menos se asoma decidida a darme todo, dando paso al comienzo de esa lucha cuerpo a cuerpo en nombre del placer. Esa lucha que, a todas horas, se mantiene encendida, inadvertida para el mundo. 
Desearte, desear que me desees, volar tan lejos como el reloj nos permita...
Y saber que esto es tan real como las lágrimas de plenitud, de felicidad que ahora resbalan por uno de tus dedos, esas que no dudas en besar, en hacerlas tuyas aun sabiendo que aun antes de nacer ya lo eran. 
Estar contigo es estar en casa, es sentirme bien, saber que te sientes bien, es encontrar mi hogar en cualquier lugar en el que estemos juntos. 

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